Ecos de Enapol por Marlon Cortés

 ECOS DE ENAPOL

Por: Marlon Cortés.
Asociado a la Nel – Medellín. Co-coordinador del Observatorio de autismo de la Nel-medellín


De ENAPOL hay muchas cosas por decir. En principio, fue una gran y bella sorpresa que el texto haya sido elegido para una plenaria. Ese logro tiene su prehistoria en la pasantía que hice de 6 meses en la Fundación Hacer Lugar con Marita Manzotti, en el Observatorio de Autismo de la NEL-Medellín, y en el cartel intersedes “Hacia ENAPOL” en el que participé, en el eje de la cólera. Es decir que es un texto con bastante cuerpo. Cada uno de esos espacios fue parte importante para la construcción del mismo.
Me arriesgué a llevar un caso de algo que he venido nombrando en mis controles como “autismo ordinario”, haciendo un cierto paralelo con lo que Miller acuñó como “psicosis ordinaria”. Y con ello me estoy refiriendo a los casos de autismo de difícil diagnóstico cuando uno está a lo lejos. Me explico. Hay casos de autismo, los que Maleval llama “prekannerianos”, que, relativamente, son de fácil diagnóstico, pues hay signos claros. Obviamente el diagnóstico en el psicoanálisis no es de ese modo, pero creo que me hago entender así. Si uno ve a un niño con la mirada perdida, balanceándose, sin habla, pues es fácil decir: “al parecer estamos frente a un caso de autismo”. Con el caso que llevé a ENAPOL, la situación no era esa. Es un joven universitario, primer puesto en su carrera; sabe de historia, de música, de cine, de derecho. Su capacidad argumentativa es grande. Nadie, a lo lejos, podría diagnosticar nada extraño. A lo lejos, no. Pero de cerca, el asunto es a otro precio. Su familia, que está cerca, ve y vive otra cosa; y yo, que lo escucho cada ocho días, también. En el espacio de la intimidad familiar, y en el espacio transferencial, aparece otro asunto, que es sobre el que hizo énfasis Gerardo Arenas (comentarista de mi texto en ENAPOL); lo siguiente:

¿El autista tiene relación con el significante?
¿La relación que tiene el autista con la lengua (separada) le posibilita la metáfora y la metonimia?



Dos grandes preguntas que no voy a responder, pero sobre las que sí quisiera dar unas pequeñas puntadas en este tejido conceptual que venimos haciendo en los observatorios de la NEL:

1.        La relación del autista con el lenguaje no se da en la dirección S1 S2. Si esto sucediera, entonces, lo que se desprendería de aquí es que cae el objeto, y se produce un sujeto dividido. Eso es precisamente, lo que no sucede en el autismo. El objeto no cae. No se produce el agujero propio de consentir al Otro. Hay forclusión del agujero, en el decir de Maleval y Laurent.

2.        La relación del autista con el lenguaje se da en el nivel de lalangue (junto) que, como sabemos, no tiene una función comunicativa, sino de goce. En este nivel no hay extracción del objeto. Para Maleval, lo que hay ahí es una suma de signos. Es Rouillon, quien nombra esto como lalangue.

3.        En lo que se puede llamar un autista clásico (prekanneriano según Maleval), es evidente que su relación con el lenguaje no tiene una intención comunicativa. No sé si sea posible decir esto mismo de los casos de “autismo ordinario”. En ellos, como en todo sujeto, es posible identificar lalangue. Es decir, un nivel de relación con el lenguaje que habla del Uno, y no de la articulación entre S1 y S2. Pero la relación con el lenguaje no se queda ahí pues también sucede la comunicación. El asunto aquí es, al parecer, que no es lo mismo comunicar que hacer articulación entre S1 y S2. Estos autistas se comunican, pues son capaces de construir articulaciones entre signos. Juntan signos y con ello se comunican. Con esa suma de signos arman un neoborde con el cual gozan, se defienden, y se comunican. Recordemos que con Miller decimos que en el autista hay un retorno del goce en un borde. Con esto, creo, armamos las tres funciones del borde: gozar, defenderse y comunicar.

Hasta ahí puedo ir hoy.

Espero que podamos seguir trabajando en la conceptualización de lo que el autista nos enseña sobre su relación con lalangue.

                                                    

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