Reseña
Autismo hoy.
Ecos y resonancias desde el Psicoanálisis Lacaniano
El 2 de
setiembre pasado, luego de venir trabajando en un espacio dedicado al estudio e
investigación de la clínica del Autismo en APL - Arequipa, nos dimos cita en
una mañan
a de trabajo titulada “Autismo hoy. Ecos y resonancias desde el
Psicoanálisis Lacaniano“, donde se presentaron elaboraciones a manera de un
producto que da cuenta del recorrido hecho hasta ese momento. Cada participante de este espacio pudo construir y
compartir entre nosotros y con otros, aquello que hizo más resonancia en él a
partir de los textos tomados de referencia, los testimonios de autistas, la
práctica clínica y la participación en las V Semana del Autismo en Bogotá.
El encuentro
de aquella mañana estuvo animada por la honestidad y singularidad puesta en los
trabajos de Calos Chávez, Carol Cornejo, Esteban Carpio, Kathia Álvarez,
Marlith Pachao y Soledad Álvarez que permitieron escucharnos y conversar sobre
diferentes cuestiones en relación al Autismo. Cuestiones puestas sobre la mesa
que posibilitaron interrogarnos y repensar el término Autismo y lo que nombra,
ver de qué sujeto hablamos cuando hablamos de autismo, hacer un tránsito desde
el “espectro” hacia la estructura autística y el abordaje que proponemos desde
la perspectiva psicoanalítica, donde además, los propios autistas y sus
testimonios fueron los protagonistas principales que guiaron y acompañaron
nuestros recorridos.
En la
actualidad estamos atravesando por un desdibujamiento de los límites de la
especificidad del autismo. Después del fracaso de intentar buscar las causas en
el factor genético, la contaminación ambiental o la falta de capacidades
parentales de los padres, el discurso de la ciencia, que se sostiene en la
apuesta por un real a ser descifrado a futuro con el progreso de su técnica, ha
propuesto un salto entre la etiología y el tratamiento, tendiendo el puente del
“Espectro Autista”, que le permite a su vez salvar la distancia entre la
indeterminación de su saber incluyéndolo dentro del “Trastorno del
neurodesarrollo”.
De esta
forma, la vaporosidad del concepto “Espectro autista” se propone como una categoría
continua, donde muchos han y pueden quedar englobados de un extremo a otro,
basándose en la observación de dos características que definirían el trastorno:
Déficits persistentes en comunicación social e interacción social y Patrones
repetitivos y restringidos de conductas, actividades e intereses. De este modo
el “Espectro Autista” ha terminado por engullir dentro de sí, múltiples estados
clínicos que la psiquiatría clásica había definido, como el de la esquizofrenia
infantil, proponiendo para todos una intervención que objetiviza al Sujeto.
Desde una mirada psicoanalítica, el estudio del
Autismo nos enseña que la condición del niño autista es la condición por la
cual todos nos vemos en algún momento enfrentados. ¿Qué quiere decir esto? El
ingresar al mundo del lenguaje no es tarea sencilla para el ser que viene al
mundo, toparse, con el campo del Otro, de sus palabras y de su existencia es
algo a lo que uno consiente o no y que trae consecuencia en la vida.
En el autismo
está en juego el trastorno de la relación
con el Otro. Es un NO radical al Otro. Este rechazo sumerge al autista en
su mundo y a la vez lo defiende de él; lugar donde no es posible un
intercambio, un dar y recibir. ¿Y no es acaso que cada sujeto tiene una
relación particular con el Otro?
El
psicoanálisis de Freud y Lacan hace un aporte fundamental para la clínica que plantea
la noción de estructuras subjetivas las cuales determinan un funcionamiento del
psiquismo de un sujeto, las neurosis, las psicosis y las perversiones. Sin
embargo Jean-Claude Mavelal, va a tomar una cuarta estructura, la estructura
subjetiva autística a partir de tres características mayores: una retención
inicial de los objetos pulsionales, una estructuración del sujeto en el Otro de
los signos, y un aparataje del goce por el borde. Siendo a partir de estas
características que propondrá una “clasificación” discreta: Prekannerianos,
Kannerianos, Asperger y, de Alto nivel., que nos permite una mejor comprensión
de la condición autista y sus diferentes variaciones, tantas como autistas existan.
Es así que
desde la perspectiva psicoanalítica apelamos por la reivindicación de un
tratamiento de los autistas que no se salte su singularidad y que propone como
única vía a inventar, tomando en cuenta las variaciones singulares y esos
pequeños “detalles” en cada caso. El sujeto autista deberá fabricar un puente,
una salida, tarea en la cual debemos estar dispuestos a poder acompañarlo y
brindándole un espacio de construcción, sin atropellarlo, ni aplastarlo pero no
sin un “suave forzamiento”. Temple Grandin dirá: “las personas que más me han
ayudado siempre han sido las más creativas y las menos aferradas a las
convenciones”[1].
Este invento
que deberá ser fabricado a medida, servirá como solución particular y deberá
además incluir el resto. Con resto nos referimos a todo
aquello que se encuentra en el límite de la relación con el Otro, es decir sus
objetos, sus estereotipias, sus dobles[2]. Será solo por esta vía
que un sujeto autista podrá fabricarse una salida digna y donde sus elecciones
sean respetadas. Un sujeto capaz de tomar decisiones personales sobre su
vida, su profesión sus relaciones sociales. Un sujeto independiente y no
autónomo. Acérquense
respetuosamente, sin prejuicios y abiertos a aprender cosas nuevas y
encontraran un mundo que no hubieran podido imaginar”[3] – señala Jim Sinclair.
Esta es la batalla que libramos desde el
psicoanálisis, una batalla por la diversidad.
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